martes, 26 de octubre de 2010

E-READERS: UNA RESPUESTA TECNOLÓGICA INCLUYENTE Y AMBIENTALISTA

En este mi primer blog hablaré de un dispositivo para la lectura de archivos en formatos electrónicos conocido popularmente por su nombre en inglés: e-reader.
Un e-reader es en esencia una computadora, como mismo lo son las computadoras personales, los teléfonos celulares, los cajeros automáticos o los iPad. Sin embargo, el e-reader posee una característica muy propia que lo diferencia de aquéllos: la pantalla utiliza “tinta electrónica”. Las pantallas utilizadas comúnmente en los dispositivos electrónicos emiten luz, afectando así la salud visual de la persona que lee cuando ésta realiza esfuerzos frecuentes y prolongados de lectura. A diferencia de dichas pantallas, las de tinta electrónica no emiten luz, sino que la reflejan, logrando lo que se conoce como “efecto papel”. Por tal razón, las pantallas de los e-reader son mate, poseen un alto contraste y los textos pueden ser leídos como si estuvieran impresos en un libro, con cualquier inclinación, bajo la luz directa solar o luz artificial.

La “tinta electrónica” permite, además, que la pantalla no consuma energía mientras no se cambie la página. Ello confiere otra característica muy importante y distintiva del e-reader, que es su muy bajo consumo energético y su prolongada autonomía de funcionamiento, minimizando la necesidad de conectarse frecuentemente a una fuente de energía eléctrica. Por ejemplo, el consumo mensual de electricidad de una laptop es aproximadamente 200 veces mayor que el de un e-reader, y esto es un factor crítico a la hora de proyectar el uso masivo de los dispositivos electrónicos.

En el uso del e-reader intervienen cuatro componentes:

1.    El dispositivo mismo (hardware);

2.    Los programas que determinan sus funciones (software), entre las que se encuentran avanzar o retroceder en la lectura, guardar en memoria el lugar donde se detuvo la lectura para retomarla posteriormente, aumentar o disminuir el tamaño de las letras, etcétera;

3.    El objeto por leer, por ejemplo, periódicos o libros en soporte digital (e-book), los cuales pueden estar en formatos cerrados o abiertos. Los archivos se bajan de una computadora o de Internet y se almacenan en la memoria interna del e-reader o en las tarjetas de memoria que comúnmente vienen con el dispositivo;

4.    La persona que lee los archivos en formato electrónico.

Existen diferentes versiones de e-readers que realizan diversas funciones, desde las más sencillas como son el procesamiento de textos lineales, con o sin imágenes estáticas, pasando por los hipertextos, hasta llegar a funciones más complejas como la incorporación de correo electrónico y la recepción de mensajes de anuncios. Algunos autores pronostican que en un futuro no muy lejano usarán la realidad virtual para que las personas que leen experimenten una inmersión total en el libro.

Actualmente se trabaja en varias líneas de desarrollo: la presentación de textos e imágenes en color, la incorporación de video, el uso del lápiz electrónico para interactuar con los textos (subrayados, marcación con colores, anotaciones). Claro está, a medida que se incorporen prestaciones que impliquen cambios de pantalla más rápidos se incrementará el consumo de energía, aunque en todo caso, debido al uso de la “tinta electrónica”, el consumo energético siempre será mucho menor que el de, por ejemplo, una laptop o un iPad. No se trata de inhabilitar a las laptop ni de competir con otros dispositivos como los iPad, sino de proponer el medio más idóneo bajo determinadas condiciones de uso y para facilitar el logro de las metas socio-educativas del país con pertinencia y de forma sostenible.

En la actualidad, el modelo de uso de los e-readers se caracteriza por ser altamente individual y comercial. Grandes cadenas de librerías, grupos editoriales transnacionales y cadenas de periódicos los venden literalmente amarrados a los productos y servicios que expenden, tanto es así, que han creado formatos propios para grabar y almacenar sus archivos. Dichos vendedores también se permiten un nivel de intervención tal que pueden entrar en las cuentas personales de los suscriptores y anular las licencias de los libros cuya vigencia feneció de acuerdo con sus términos de uso. Por otra parte, se destacan estudios pilotos realizados en universidades estadounidenses y españolas que favorecen el uso del PDA (Personal Digital Assistant), los cuales tienen que ser adquiridos por los estudiantes a título personal o ser cancelados como parte de la matrícula.

Lo que se propone es cambiar el modelo de uso individual y comercial de los e-readers hacia uno caracterizado por su masificación, para convertirlos en un poderoso instrumento que apoye la concreción de las políticas de Estado dirigidas al acceso e inclusión a una educación con calidad, particularmente a la educación universitaria, a la post-alfabetización, a la promoción de la lectura y a la socialización del conocimiento, todas ellas debidamente articuladas con las políticas vinculadas al ahorro energético y a la preservación del medio ambiente.

Desde el nuevo modelo propuesto, los e-readers tienen amplias perspectivas de uso en tres ámbitos:

1.    En los sistemas de educación a distancia (SEAD), pueden ser utilizados como medio eficaz para asegurarle al estudiantado la disponibilidad oportuna de los materiales instruccionales, lo que constituye un nudo crítico en estos sistemas.  El uso del e-reader permitiría disolver el aparato logístico de la producción y distribución de dichos materiales al ahorrarse procesos tales como las licitaciones para contratar los servicios de impresión, la impresión misma, el almacenamiento, el transporte, la distribución y la entrega. Los efectos positivos se constatarían particularmente en la implementación de los e-readers en las universidades de educación a distancia, pues se podrían entregar, progresiva o completamente, los materiales requeridos durante un semestre, un año e incluso durante toda la carrera, así como documentos relevantes como pensum, programas de estudio, reglamentos, material para la formación socio-política, entre otros. Todos ellos pueden ser actualizados rápidamente con una recarga de los contenidos. El dispositivo facilita la posibilidad de segmentar la entrega de los contenidos según diferentes criterios, por ejemplo, regionales, temáticos, por profesiones y especialidades, etcétera.

2.    En calidad de un servicio especial tanto en las bibliotecas tradicionales como en las digitales. En este caso, el usuario o la usuaria puede tener a su disposición, en cualquier lugar y a cualquier hora, un amplio conjunto de los libros incluidos en el catálogo de la biblioteca y, lo que es más importante aún, puede conformar su biblioteca personal portable.

3.    Como instrumento para el soporte al desempeño de ciertas profesiones y oficios que por su naturaleza dificultan la asistencia a los centros generadores de directrices. Son ejemplos de dichas profesiones los militares en labores de resguardo en áreas fronterizas, el personal de seguridad, los médicos y el personal de la salud en general, el personal de servicios y atención al público que debe tener a mano normativas y manuales de procedimientos actualizados, los profesionales que trabajan en campo por tiempo prolongado como en plataformas petroleras o en investigaciones geológicas, así como para apoyar el estudio de una segunda lengua requerida para el desempeño del trabajo, pues el e-reader puede suministrar material fonético.

Dado que el modelo propuesto de masificación del dispositivo con fines educativos se opone al modelo de uso actual (individualizado y comercial) se hace necesario ensayar la nueva visión propuesta. Es así como en el marco del Proyecto Biblioteca Digital Alma Mater, desarrollado bajo el Convenio Integral de Cooperación Cuba – Venezuela, durante mi gestión como Gerente General hasta el 31 de agosto del año en curso, se dejó en marcha la adquisición de 250 unidades de e-readers a una empresa rusa, para realizar un estudio piloto dirigido a hacer llegar tanto los libros de la biblioteca como el material referencial a poblaciones de estudiantes universitarios que no tienen facilidades de conexión a Internet (por residir en sitios remotos de la geografía nacional con dificultades de conexión), que pudieran encontrarse en estado de reclusión penitenciaria u hospitalaria, que presentan discapacidad visual (pues pueden utilizar la función de ampliar el tamaño de las letras o bien escuchar los textos en forma de audiolibros), así como a las poblaciones indígenas, pues podrían disponer de los textos en sus propias lenguas.

Este cambio del modelo de uso del e-reader presupone el cumplimiento de algunas condiciones dirigidas a preservar lógicas incluyentes y soberanía tecnológica, como son: la presentación de contenidos multilingües; el uso de códigos y formatos libres, según establecen las leyes y políticas del Estado venezolano; la posibilidad de que el dispositivo tenga las características exigidas por el organismo requiriente en lugar de adquirir obligatoriamente las ofertas existentes en el mercado; la transferencia de tecnología y la posibilidad de establecer una empresa mixta en el país para la producción masiva del dispositivo, lo que nos convertiría en socio productivo de tecnologías de punta en lugar de consumidor pasivo. Es más que evidente el amplio potencial de este nuevo modelo de uso de los e-readers en los países del ALBA que persiguen similares fines en materia de inclusión socio-educativa.

Para finalizar, es necesario recalcar que el e-reader es un dispositivo concebido fundamentalmente para leer. Cuando se trata de emplear las tecnologías para maximizar la concentración en la lectura con fines de estudio, sin distraerse en otras tareas, preservando la salud visual y el medio ambiente, y con economía de papel y electricidad, el e-reader es indiscutiblemente la mejor opción.

PALABRAS DE BIENVENIDA

Bienvenidas y bienvenidos a mi blog, que he titulado “Tecnología y masificación en la educación”.
Como su nombre lo sugiere, estará dedicado a compartir reflexiones acerca de un tema apasionante: la masificación de la educación, y en este caso en particular, la masificación apoyada por las tecnologías.
Mi acercamiento al tema es de vieja data, se remonta a los finales de los años 70, cuando me inicié como profesora de la Universidad Nacional Abierta de Venezuela, y dicho acercamiento se debe a que la Masificación es uno de los principios que orientan el accionar de esta universidad. Con ese principio como norte, crecí y continúo creciendo profesionalmente en la búsqueda y el ensayo permanente de iniciativas para alcanzar la meta de una educación incluyente y de calidad. Es así como en muchos de mis escritos y actividades académicas el tema de la masificación es recurrente. En la actualidad, el tema se nos presenta plenamente vigente si se tienen en cuenta las metas planteadas en el Marco de Acción de la agenda global de la Educación para Todos promulgadas por la UNESCO en Dakar, Senegal, en el año 2000.
En este blog tendré la oportunidad de revisitar mis ideas preliminares sobre el particular, comentar la visión actual de los procesos de masificación de la educación a la luz de las potencialidades de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, analizar experiencias de masificación en el plano internacional y nacional, y elaborar deslindes y proximidades en torno a conceptos relacionados como, por ejemplo, el de universalización de la educación.
Invito a mis amigos y amigas y a todas las personas interesadas en el tema a visitar el blog y realizar sus contribuciones.

Dra. Beatriz E. Tancredi G.