viernes, 20 de marzo de 2015

“A NOSOSTROS NO NOS VAN A INTERVENIR”

Querid@s seguidores de aquí, de allá y de más allá, el reciente decreto del Presidente Obama que señala a Venezuela como una amenaza para los Estados Unidos me obliga a cambiar por hoy la tónica de este blog y escribir al respecto. Lo hago porque lo considero un asunto de conciencia y, por lo tanto, intrínsecamente ligado al de la educación, tema central de este blog. Dedico esta entrada a los que piensan como yo y a los que no también. Espero aportar algunos elementos para el dimensionamiento de los riesgos que comporta la situación e intentar tocar un poco los corazones de l@s lector@s que pudieran no estar sensibilizad@s con el asunto. Comienzo con el relato de una situación que viví recientemente.

De visita a una persona convaleciente en una clínica del este de Caracas escuché la conversación de unas señoras que abogaban porque el gobierno de los Estados Unidos interviniera YA en Venezuela. Decían que ni a ellas ni a sus familias les pasaría nada porque la agresión sería sólo en el Oeste, donde se concentra la mayor población de los sectores medio y popular, y ellas residían en el Este de la ciudad. Este relato de la vida real da cuenta de una postura ideológica, pero también de grandes carencias educativas. El conocimiento de la historia contemporánea nos revela una constante: cada vez que el gobierno de Estados Unidos toma una decisión de esa naturaleza, comienza con declaraciones justificadoras de la acción que tomará en el futuro, con medidas aparentemente focalizadas en un sector que luego van escalando hasta llegar a los bombardeos, a la destrucción. Es el caso de Irak, Libia, Siria, Ucrania, Yemen…entre las más recientes Panamá, Granada, Guatemala, Nicaragua… por tal razón, desestimar la gravedad del asunto, creer que eso no nos pasará a nosotros, pensar que las bombas destructivas son selectivas respecto a quién destruir y que tienen la capacidad de autorregular los alcances de sus efectos, es ingenuo, por decir lo menos. En ese sentido, me adhiero a lo expresado por el sociólogo Franco Vielma en referencia al caso de Venezuela: “si bien el escenario militar no es para mañana, es uno de los destinos más probables para el país que entra en la categoría de amenaza visible”. Por suerte, Venezuela cuenta con el respaldo de muchos países del mundo y de organismos internacionales en la búsqueda de que el conflicto planteado se dirima diplomáticamente.

Es bueno saber que en los Estados Unidos no todos piensan como su Gobierno, nótese que digo “su Gobierno” no su Pueblo. La reseña del libro Beneath the United State, del reconocido profesor universitario Lars Schoultz “muestra que los Estados Unidos siempre han percibido a América Latina como un vecino fundamentalmente inferior, incapaz de manejar sus asuntos y tercamente subdesarrollado”, lo que encara con "misión civilizadora", esfuerzo abnegado de un pueblo superior para ayudar a una civilización inferior a superar sus defectos. A los interesados los invito a leer la reseña del libro



Así que a refrescar la historia reciente y no caernos a engaños. Les comparto esta conmovedora caricatura y el video de la canción Latinoamérica, del grupo musical Calle 13 de Puerto Rico, hermosos y muy apropiados para la situación.

Hasta una próxima entrada.

“No se preocupen por nada, estas bombas tienen todos los papeles en regla”.
Viñeta de J.R.Mora, bajo Creative Commons.

jueves, 12 de marzo de 2015

UN EXCELENTE LIBRO SOBRE DIDÁCTICA DEL BOXEO

El boxeo es un deporte olímpico que, junto con la lucha, constituyen dos de los deportes más antiguos de la Humanidad. El boxeador venezolano “Morochito” Rodríguez nos brindó una medalla de oro en las Olimpíadas de México de 1968. En Venezuela y en el mundo, es un deporte popular. En las políticas de masificación del deporte del Gobierno venezolano, el boxeo ocupa un lugar importante, y en su concreción han jugado un valioso papel los entrenadores cubanos que trabajan en los barrios y “plantación adentro”, que es “donde se sabe la verdad y donde se aprende la verdad”, como decía aquella canción de Rubén Blades.

Como práctica deportiva, el boxeo se aprende y se enseña, enseñarlo es el trabajo de los entrenadores. ¿Existe una didáctica del boxeo? Aunque debo reconocer que no es mi área de especialidad, sé que sí existe, incluso hay quienes están trabajando en la línea de su aplicación a otros campos de la enseñanza, pues conceptos que se manejan el boxeo tales como “el ritmo, coordinación, distancia, percepción espacial, fuerza, cadencia, dialéctica, mecánica y dinámica corporal, acción-reacción” son de interés de otros públicos como “músicos, actores, docentes, estudiantes de artes plásticas, cineastas, artistas circenses, estudiantes de danza” (las citas textuales corresponden a David Alejandro Hernández Valdés). La didáctica del boxeo es una didáctica específica que tiene una particularidad, y es que se mueve fundamentalmente en aquel territorio que definíamos en los estudios universitarios de educación como el dominio psicomotor de la taxonomía de Benjamín Bloom o la de Anita Harrow, campo poco estudiado por los educadores tan dados a sobreestimar el dominio de lo cognoscitivo.

El anterior preámbulo me lleva a presentarles un valioso y útil libro llamado Boxeo. Recomendaciones, entrenamiento y planificación para el Equipo Nacional de Venezuela, escrito por el buen amigo Zaur K. Gvadzhava, actual Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Abjasia en Venezuela, Profesor universitario de Educación Física de la URSS, Árbitro Internacional de boxeo y Juez en los Juegos Olímpicos de Seúl, Entrenador del equipo de boxeo de Cuba (1978-1981),donde apoyó la formación de campeones olímpicos, y quien durante el período 1998-2010 fuera el Entrenador Superior del Equipo Olímpico de Boxeo Venezolano, al que acompañó en los Olimpíadas de Sidney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.

Carátula del libro de Zaur K. Gvadzhava

El libro está organizado en cuatro capítulos. El primero trata sobre los esquemas multimanuales de la preparación física de los boxeadores. Contiene sugerentes secciones tales como la educación de la fuerza, de la rapidez, de la resistencia, de la flexibilidad, así como los diferentes tipos de golpes. El segundo capítulo contiene recomendaciones metodológicas para realizar los campamentos pre-competencia. Éste es un capítulo muy orientado hacia la didáctica, pues explica cómo se planifican rigurosamente los entrenamientos, sus objetivos, etapas, ciclos, ejercicios individuales y colectivos, y los combates. Al tercer capítulo le dedicaré un párrafo especial más adelante. El cuarto y último capítulo, por su parte, contiene un GENEROSO REGALO: el autor nos comparte los modelos pedagógicos y los planes que utilizó como entrenador del Equipo Olímpico venezolano. Si yo fuera entrenadora, estaría feliz y muy agradecida por la información tan detallada y modélica que nos presenta.

El tercer capítulo es hermoso. Allí se nos presenta un recurso didáctico ideado por el autor, nacido de su experiencia, de su creatividad, y del amor y la pasión que profesa por esta especialidad deportiva. Se trata de la “maraca”, un recurso que, en comparación con la mascota, suerte de guante, mejora considerablemente el desempeño en el posicionamiento correcto de golpes y contragolpes, tanto por parte del aprendiz como del entrenador.


La "maraca" y su uso

El área de contacto de la “maraca” es más pequeña, lo que obliga al aprendiz a ser más preciso con el puño y le da mayor visibilidad al entrenador para valorar el posicionamiento del aprendiz durante el golpe, al mismo tiempo que minimiza los traumas que suelen sufrir por los fuertes impactos que recibe durante el entrenamiento.

Desde aquí reitero mis felicitaciones a Zaur por tan valiosa obra, y le expreso mi gratitud por haberme motivado a acercarme al conocimiento del boxeo y su enseñanza, por habernos invitado a la presentación de su libro en el marco de la recepción celebrada el 03 de diciembre de 2014 en conmemoración del Vigésimo aniversario de la Constitución de la República de Abjasia, por poder compartir una vez más con él y con su encantadora esposa Marina, y por habernos permitido apreciar el folklore de Abjasia y degustar su deliciosa gastronomía.



El Embajador, su esposa, mi esposo y yo