NOTA DE ADVERTENCIA: Quiero alertar a mis lectores que este texto es extenso, quizás demasiado para lo que se estila en la web. Consideré importante no fragmentarlo para que no se perdiera su integridad. En otras palabras, prioricé los criterios estratégicos antes que los pautados por las normas que aplican al discurso para este tipo de medio.
Sobre la noticia del lanzamiento de la Biblioteca Digital Arístides Rojas (BIBLIODAR)
El día miércoles 29 de febrero de 2012, en acto público, se realizó el lanzamiento de la Biblioteca Digital Arístides Rojas (BIBLIODAR) por parte del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria de la República Bolivariana de Venezuela (MPPEU), biblioteca que fue desarrollada en el marco del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela.
Sirva este entrada de mi blog, dirigido a problematizar sobre Tecnologías y masificación en la educación, para expresar mi beneplácito y mi felicitación al Ministerio por este logro, que tanto tiene que aportar en la satisfacción de las necesidades de acceso universal al conocimiento de amplios sectores de estudiantes y profesores universitarios, fundamentalmente a los de los Programas Nacionales de Formación (PNF).
Sobre los antecedentes del proyecto
Como lo indiqué en la entrada del día MARTES 26 DE OCTUBRE DE 2010, me desempeñé como Gerente General del mencionado proyecto, entonces denominado Biblioteca Digital Alma Mater, desde el 12 de diciembre de 2009 hasta el 31 de agosto del 2010, fecha en la cual hice entrega formal a las autoridades del Ministerio del Informe Final de Actividades, en el que se documentaban las acciones y los entregables desarrollados por un valioso y comprometido equipo de trabajo, que colocaban al proyecto en un nivel de ejecución físico del 80%. Los entregables fueron: ficha técnica, proyecto técnico, cronograma de ejecución y de desembolsos, marco referencial contentivo del ejercicio de conceptualización de la biblioteca digital y del estudio de antecedentes, propuesta de la solución tecnológica, definición de la infraestructura física de hardware y software para el despliegue de la solución, propuesta de suministro de equipamiento, especificación de requisitos de software para la biblioteca digital y para el portal de aplicaciones educativas del cual ella formaría parte, para ambos casos manual de arquitectura, casos de uso, manuales de identidad visual y de diseño gráfico. Quedaron en proceso de elaboración y por culminar los siguientes entregables: manuales de instalación, de configuración y de usuario, y desarrollo de casos pilotos tanto para la biblioteca digital como para el portal de aplicaciones educativas que la alojaría, así como administrar los cursos del programa de capacitación que ya habían sido diseñados para: 1) el personal responsable de la gestión técnica de la biblioteca, curso que incluía PHP, Apache, PostgreSOL, Sistema de Gestión de Contenidos (CMS) Drupal; 2) los profesores, sobre diseño de materiales didácticos escritos para publicar en la biblioteca, visto que en el diagnóstico, al cual me referiré más adelante, se encontró que aquéllos tenían producciones que había que apuntalar y aprovechar para la biblioteca y 3) para profesores multiplicadores, sobre Alfabetización Informacional (área de actividad que se ha puesto en boga dos años después) con miras a que en un futuro cercano la biblioteca digital anidara un módulo dirigido a formar a sus usuarios en el uso inteligente de la biblioteca y en estrategias para valorar fuentes documentales.
Dado el nivel de avance con el que entregamos el proyecto Biblioteca Digital Alma Mater, en comunicación del 17 de septiembre de 2010 dirigida al Ministro para ese momento, le deseé éxito en la conducción de la fase que quedaba por acometer, a saber, la puesta en acción del proyecto. En esa misma comunicación, por cierto, le reiteraba mi preocupación, expresada sistemática e insistentemente por varias vías, sobre la existencia de proyectos paralelos, tanto en el propio MPPEU como en el hermano Ministerio de Ciencia y Tecnología. Mi preocupación continúa, pues creo fervientemente que los proyectos de los entes del Estado que comparten similares propósitos deben ser articulados, en lugar de que se manifiesten protagonismos aislados; sin embargo, ese no es un tema a tratar en esta entrada del blog.
Sobre las hipótesis de partida de la biblioteca digital
Todo proyecto surge de un diagnóstico de necesidades y de un análisis de antecedentes, y éste no fue la excepción. Considero muy importante narrar cómo se originó esta biblioteca digital, lo que le permitirá a un observador externo dimensionar con justeza los alcances del proyecto. Cabe destacar que no he encontrado referencia alguna a los aspectos que mencionaré a continuación en ninguna de las noticias sobre el lanzamiento de la BIBLIODAR.
La biblioteca digital surge para dar respuesta a necesidades identificadas en el diagnóstico Procesamiento, análisis y valoración de los resultados del estudio-diagnóstico, a Nivel Nacional y por Estados, dirigido a establecer las características de las Aldeas Universitarias de la Misión Sucre. Dicho diagnóstico fue realizado durante el segundo semestre de 2008, en el marco de otro proyecto educativo–tecnológico de gran envergadura, y que también me correspondió dirigir como Gerente General, denominado Sistema de Apoyo a la Municipalización. El diagnóstico se llevó a efecto a través de la aplicación de encuestas, la gran mayoría de ellas in situ, a muestras de estudiantes, profesores-asesores y coordinadores de las Aldeas. De especial interés para el caso que nos ocupa fueron las respuestas de los estudiantes que indicaban su percepción sobre algunos de los problemas por resolver:
· Carencia de bibliotecas. Sólo el 4,95% de la muestra de estudiantes señalaba que accedían a los recursos bibliográficos en la Aldea Universitaria y el 40,33% lo hacía en bibliotecas públicas.
· Insuficiencia del equipamiento tecnológico y conectividad. Es importante destacar que se dejó en marcha una actividad de levantamiento de información en los Colegios e Institutos Universitarios, visto que para ese momento a ellos les correspondía gestionar los PNF, actividad que recayó en la Dirección de Tecnologías de la Información y la Comunicación del Ministerio y con la que nuestro equipo colaboró en la formulación de los instrumentos y de las estrategias. Se esperaba que a partir de allí se arbitraría un plan de dotación. Convendría saber si dicha actividad llegó a término.
· La situación de los medios impresos reflejaba para el momento que el 66,33% de los estudiantes indicaba carencia total de libros de texto, mientras que el 63,80% indicaba lo mismo respecto a los materiales de consulta, siendo las guías de estudio y los materiales elaborados por los profesores-asesores los que estaban más al alcance de los estudiantes (este hallazgo llevó a considerar la capacitación de los profesores-asesores para potenciar sus producciones y ponerlas a la disposición de otros profesores-asesores y de los estudiantes).
Por otra parte, también se tomó en cuenta un estudio realizado por la Dirección General de Recursos para la Formación y el Intercambio Académico del Viceministerio de Desarrollo Académico para aquel momento (Presentación pública “Biblioteca Digital Alma Mater”, s/f, elaborada por la Lic. Juliana Boersner, Directora) dependencia para la cual, y de conjunto con ella, se desarrolló la biblioteca digital, y a la cual ésta se transferiría una vez culminado el proyecto. Lo comunicado en el mencionado estudio reveló realidades conocidas y sobrellevadas por quienes hemos trabajado en el sector universitario, a saber:
· Un gran porcentaje de las universidades experimentales, colegios e institutos universitarios no cuentan con acceso a los servicios de documentación en formato digital, y es claro que las nuevas universidades e institutos experimentales requieren de acceso a dichos servicios.
· Existen instituciones universitarias que no cuentan con bibliotecas digitales y/o bases de datos propias.
· Las bibliotecas digitales existentes en las instituciones universitarias no se comunican entre sí.
· El costo de las bases de datos especializadas foráneas es muy alto. Existe tardanza en la cancelación de los contratos por lo largo del proceso de tramitación. Se repiten las contrataciones de acuerdo con los intereses de las universidades. Se constata una eventual sub-utilización de las bases de datos contratadas.
Es partiendo de estos y otros referentes no menos importantes como se decide emprender el desarrollo del Sistema de Apoyo a la Municipalización y de la antes denominada Biblioteca Digital Alma Mater.
¿Por qué el nombre Biblioteca Digital Alma Mater?
Porque la biblioteca digital se alineaba con los objetivos de la Misión Alma Mater, creada según decreto oficial 6.650, de fecha 24 de marzo de 2009, a saber:
1. Garantizar la participación de todos y todas en la generación, transformación y difusión del conocimiento.
2. Fortalecer un nuevo modelo académico comprometido con la inclusión y la transformación social.
3. Vincular los procesos de formación, investigación y desarrollo tecnológico con los proyectos estratégicos de la Nación dirigidos a la soberanía política, tecnológica, económica, social y cultural.
4. Propulsar la articulación del sistema de educación universitaria venezolana, bajo principios de cooperación solidaria.
5. Potenciar la educación universitaria como espacio de unidad latinoamericana y caribeña, de solidaridad y cooperación con los pueblos del mundo.
Como consecuencia del despliegue de la Misión Alma Mater, se crearon nuevas universidades experimentales especializadas y territoriales, los complejos universitarios socialistas Alma Mater, y se inició la transformación de 29 Institutos Universitarios Tecnológicos y Colegios Universitarios en Universidades Experimentales Politécnicas, donde se gestionarían los Programas Nacionales de Formación (PNF). Estas instituciones de reciente creación requerían disponer de acceso a documentación y contenidos especializados que apoyaran los procesos formativos en los que intervienen los estudiantes, los docentes y los investigadores. Es por ello que la Biblioteca Digital Alma Mater se consideró como una respuesta oportuna ante el rápido desarrollo que estaba alcanzando el sistema de educación universitario, la necesidad de vinculación de los procesos de formación, investigación y desarrollo tecnológico, y ante la prospectiva de creación de un espacio universitario de unidad latinoamericana y caribeña.
Vista de esa manera, la democratización del acceso a contenidos especializados se planteaba no solamente para estudiantes, profesores-asesores e investigadores del existente y el creciente sector universitario, sino también para las instituciones universitarias, con la finalidad de promover un justo balance entre ellas, tomando en consideración que las que tenían una mayor tradición en el área bibliotecológica contaban con una mejor dotación de bibliotecas físicas, virtuales/digitales o híbridas.
Por otra parte, es necesario destacar que en atención al objetivo 5 de la Misión Alma Mater, la biblioteca digital se concibió con una visión de servicio al sector universitario de la región. Al tomar el nombre Alma Mater, la biblioteca se acogía a una denominación de carácter más bien universal, lo que la haría fácilmente identificable como biblioteca digital especializada en educación universitaria. No olvidemos que al estar en la web, la biblioteca digital no tiene fronteras. Como líder que he sido de muchos proyectos, sé que estos pueden cambiar de rumbo por determinadas circunstancias; sin embargo, teniendo en cuenta todo lo dicho, y sin demeritar la inestimable obra del historiador, médico y escritor venezolano Arístides Rojas, cuesta comprender el cambio de nombre de la biblioteca. Demostración de que el nombre fue cambiado es la siguiente imagen de la entrada de la aplicación denominada “Herramienta para cursos de idiomas”, tomada de la web del Ministerio en fecha 28 de marzo de 2012 (http://hgci.mppeu.gob.ve/index.php), en la que aún se conserva el antiguo nombre de la biblioteca en el cintillo de enlaces a las otras aplicaciones.
¿Con qué visión se desarrolló la Biblioteca Digital Alma Mater?
La visión inicial de esta biblioteca digital fue que ella trascendiera las bibliotecas digitales universitarias, cuya atención comúnmente se focaliza en la actividad de “buscar información en solitario”. Se planteó que nuestra biblioteca digital fuera mucho más allá y contemplara la posibilidad de leer y marcar textos leídos, y que además de archivarlos e imprimirlos, se pudieran realizar enlaces a investigadores, participar en cursos, conformar grupos de discusión en torno a intereses comunes, intercambiar información de la biblioteca a través de las redes sociales, armar una biblioteca personalizada con los materiales que se fueran procesando; todo ello con el objetivo de recrear en nuestra biblioteca espacios sociales de encuentro, estudio y apoyo a la investigación.
Otro aspecto de nuestra visión fue que la biblioteca digital no se presentara como un servicio aislado, como un fin en sí mismo, sino formando parte de un Portal de Aplicaciones Educativas en el que se integrara con el Sistema de Apoyo a la Municipalización, que entre otros componentes contaba con el Repositorio de Objetos de Aprendizaje ICOA URU, ejemplar avanzado de esta clase de aplicación, único en su tipo para el momento de su concepción y desarrollo en cuanto a sus prestaciones, entre las que se destacaban la producción colaborativa en línea de los Objetos de Aprendizaje, algo que permitiría a los productores de contenidos educativos generar de manera colectiva los Objetos de Aprendizaje, independientemente de su ubicación geográfica. Supe de manera casual que, casi dos años después, el repositorio fue finalmente publicado en la web del Ministerio, junto con otras aplicaciones, desarrolladas por nuestro equipo, que se dejaron muy avanzadas, como son los Entornos Virtuales de Apoyo (EVAp) y los Laboratorios Virtuales “Ensamblaje de un Computador”, “Diseño e Instalación de una Red de Área Local (LAN)”, y “Configuración y Administración de una Red de Área Local (LAN)”, desarrollados originalmente para el Programa Nacional de Formación en Informática; y la herramienta digital tipo plantilla para la enseñanza de idiomas, caso inglés, como potencial herramienta para la integración entre nuestros profesores y estudiantes y los de los países de habla inglesa de la región. A todas ellas y a la biblioteca digital me referí en una comunicación dirigida a la actual Ministra en octubre de 2011, recibida el 13 de octubre y registrada por SIGLA-MPPEU con el número ADM-2011-3317, en la que le pedía que liberaran las aplicaciones así como a la orca de la película “Liberen a Willy”. De esa carta a la Ministra aún espero respuesta, como lo establece nuestra Constitución, aunque la publicación de BIBLIODAR y de las aplicaciones pareciera ser una reacción a mi solicitud. Quiero señalar que la referida publicación no sólo ocupa un lugar marginal en la página del Ministerio, sino que una vez que se entra a las aplicaciones, éstas carecen de una presentación de conjunto que las contextualice, explique su origen, sentido de propósito, actores, y articulación en el sistema que fue proyectado. Este modo de presentación de las aplicaciones realizado por el Ministerio impide comprender la magnitud de las mismas y termina por restarle visibilidad a los logros del gobierno venezolano.
Finalmente, se visionó una biblioteca digital desarrollada utilizando software libre y con recursos para la atención a personas con discapacidad visual, como lo establecen las leyes y políticas del Estado venezolano.
¿Qué lecciones aprendidas se derivan a partir del lanzamiento de la
Biblioteca Digital Arístides Rojas (BIBLIODAR)?
Biblioteca Digital Arístides Rojas (BIBLIODAR)?
1. En el desarrollo de este proyecto por parte de las sucesivas autoridades del MPPEU operó la continuidad administrativa. Si bien es cierto que ello da fuerza a la máxima que reza: las personas pasan pero las instituciones quedan, no es menos cierto que todo proyecto tiene un antes, un durante y un después. Desconocer esto es concebirlo en términos ahistóricos.
Como se recogió en las diferentes noticias, fueron invitados al acto de lanzamiento de la BIBLIODAR miembros del “MPPEU y rectores, vicerrectores académicos, directores, representantes de las bibliotecas y representaciones estudiantiles de las Instituciones de Educación Universitaria”. En tiempos de inclusión, justo hubiera sido invitar al acto a alguna representación de ese pueblo llano y hermoso como son los estudiantes de la Misión Sucre, los profesores-asesores y los coordinadores de las Aldeas de dicha Misión, quienes nos dieron a conocer su situación real; así se le hubiera retribuido de alguna manera su esperanzada y desinteresada participación en el diagnóstico. Justo también hubiera sido invitar a las personas que con amor, sostenida dedicación y compromiso revolucionario visionamos, conceptualizamos y creamos la biblioteca digital y las aplicaciones para atender las necesidades existentes y las que ya se comenzaban a visualizar. Hubiésemos esperado de los actuales líderes de los proyectos mencionados un gesto un “tantico así” más profesional, ético y cortés, pues no se debe olvidar que se cosecha porque alguien antes sembró, importante tema para la reflexión, teniendo en cuenta que los cargos de autoridad de distinto nivel que ellos ocupan en el Ministerio les confieren visibilidad, convirtiéndolos inevitablemente en sujetos de modelaje.
Indican las noticias que “la Ministra agradeció a los Despachos de los Viceministros de Desarrollo Académico y de Planificación Estratégica, así como también a los equipos de OPSU, del Convenio Cuba-Venezuela y de Tecnología de la Comunicación y la Información. Igualmente, a los grupos de trabajo de todas las IEU que se incorporaron al proyecto por el esfuerzo y la entrega para la materialización del novedoso proyecto.” Como Gerente General que fui de los dos proyectos antes referidos, hago un reconocimiento muy especial a los profesores de los Institutos y Colegios Universitarios del país que gestionaban el PNF de Informática, y que participaron activamente en tantas sesiones de trabajo en Caracas y en La Habana, como validadores y co-creadores de los modelos concebidos para cada uno de los proyectos, así como a mis compañeras de equipo, la Prof. Judit Carvallo, quien fungió de Asesora Académica, y la TSU Milagros Márquez, Asistente Administrativo; ambas, al igual que yo, formamos parte de la Universidad Nacional Abierta, institución que sabe muy bien cómo llevar la educación universitaria a poblaciones masivas y dispersas por toda la geografía nacional. La decisión de mencionarlas es mía solamente: las libero a ellas de cualquier responsabilidad sobre el contenido de este texto, que sólo a mi me corresponde.
Existe un grupo de actores no menos importante en el desarrollo del proyecto, pero, tomando en cuenta que aún permanecen en el Ministerio, corresponde a ellos mismos preocuparse porque su labor sea agradecida.
2. He tenido conocimiento de que algunos bibliotecólogos de nuestras universidades están planteando críticas a la BIBLIODAR. Al respecto, cabría preguntarse desde qué visión de biblioteca digital se están planteando esas críticas, y si dichas críticas serían las mismas después de conocer lo que he dicho en este texto. En el campo de la evaluación de programas y proyectos bien se ha dicho que, para entenderlos, dimensionar sus alcances y evaluarlos, es necesario contextualizarlos en términos de las necesidades a las que dan respuesta, de los perfiles de las instituciones en las que ellas residen, y de sus públicos internos y externos. Se ha señalado que las bibliotecas digitales nacidas no de bibliotecas físicas, sino de otro tipo de instituciones, como es este caso, se caracterizan principalmente por servicios de valor añadido. Es por esa razón que no deben ser evaluadas con la rigidez de modelos estereotipados que arrastran consigo determinadas expectativas. La Biblioteca Digital Arístides Rojas BIBLIODAR no tiene que responder al paradigma de biblioteca digital que acariciamos en nuestra mente, sino a las necesidades identificadas. A los críticos los invito a trascender el plano de una posible crítica realizada desde una óptica estereotipada, si es que ese fuera el caso, y más bien recurrir a las herramientas disponibles para evaluar bibliotecas digitales. Como estoy siempre abierta a los nuevos conocimientos, son bienvenidas las críticas amorosas y bien sustentadas como factor de mejoramiento del proyecto. Supongo que eso es lo que todos buscamos.
Concluyo esta entrada reiterando mi beneplácito y mi felicitación al Ministerio por este gran logro.
Hasta aquí, un análisis de los aspectos más conceptuales sobre la Biblioteca Digital Alma Mater, ahora Biblioteca Digital Arístides Rojas BIBLIODAR, y de las aplicaciones del Sistema de Apoyo a la Municipalización. Próximamente realizaré una nueva entrada en este blog con un texto sobre lo publicado por el Ministerio y su congruencia, o no, tanto con los fundamentos que le dieron origen como con las decisiones de diseño que se tomaron en el seno del equipo de trabajo, que, reitero, se basaron, ante todo, en los resultados del diagnóstico.
Concluyo, por ahora… Y utilizando una vez más el tema cinematográfico como recurso discursivo, me despido como Terminator: I´ll be back!
Estimada doctora Tancredi, excelente artículo; como siempre: pedagógico, claro, preciso. Deseo en Dios que sus conocimientos y sus aportes sean reconocidos no sólo por el MPPEU en particular, sino también por la comunidad académica en general. Un abrazo,
ResponderEliminarMilagros Márquez
Felicidades Beatriz, por tan valiosa descripción de la visión compartida de Alma Mater y los Programas Nacionales de Formación,
ResponderEliminarMildred Luces
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRespetada profesora
ResponderEliminarCelebro el lanzamiento de la Biblioteca Digital Arístides Rojas, pero debo recordarle que fue a través de la Asociación Nacional de Directores de Bibliotecas, Redes y Servicios de Información del Sector Académico, Universitario y de Investigación que se le planteó al MPPEU la creación de la Biblioteca antes mencionada.
Me parece mezquino de su parte no reconocer que esta biblioteca también es producto de la asesoría de casi dos años por parte de miembros de ANABISAI al MPPEU.
Desde mi humilde posición seguiré trabajando y elevando mi voz para impulsar cualquier iniciativa y proyecto que tenga que ver con la visibilidad del conocimiento, la evaluación de la ciencia, el libre acceso a la información y el conocimiento producido con fondos del estado venezolano y la creación de identidad propia en la web, transferencia y apropiación tecnológica para todas las nuevas instituciones de educación universitaria.
La opinión expresada no tiene que ver ni es la opinión de ANABISAI, la hago de manera muy personal.
Atentamente
Ing. Fabiola Rosales
Excelente artículo, gracias por reconocer el trabajo de los profesores de los Institutos y Colegios Universitarios, que dedicamos horas en el desarrollo del EVAP y ROA durante casi un año, de esto solo tendremos estas palabras de agradecimiento. ya que hemos quedado en el olvido porque no se nos entrego en certificado de participación en el curso como se había planteado al principio, y lo más importante no hemos visto el fruto de ese trabajo, ya que no hemos recibido información al respecto; en este artículo puedo visualizar como esta la situación. Felicitaciones por su labor y su gran aporte.
ResponderEliminarAleida Figueroa.