En la entrada del 23 de noviembre de 2013, que
titulé RETOMANDO EL
HILO… respondí a la pregunta: Beatriz, ¿Qué estás
haciendo? Entre varias actividades les comentaba que estaba escribiendo una opinión experta para un libro
dirigido a maestros y al público en general sobre los Entornos Personales de Aprendizaje
(PLES, su sigla en inglés) producido por una reconocida editorial mexicana. El
libro debió salir en el segundo semestre del año 2014 pero por distintos motivos
no se ha publicado aún. En todo caso, como se está demorando y el tema
tecnológico debe ser tratado oportunamente, les adelanto el texto de lo que
será mi contribución al referido libro. Estaré pendiente de sus comentarios, discrepancias
y propuestas.
Dra. Beatriz E. Tancredi G.
La comprensión del concepto Entorno Personal de Aprendizaje
(EPA) (Personal Learning Environments, PLES, su sigla en inglés) pasa por asumir que
constituye
un constructo
en gestación y desarrollo. Ello explica la variedad de expresiones para referirse a
aquél en la literatura: sistema, enfoque, arquitectura, entramado,
metatecnología, ecosistema. Algo en lo que pareciera constatarse un consenso es
el marcado sesgo con el que se le vincula al uso de servicios y herramientas de
la web para promover el
aprendizaje, particularmente los de la 2.0,
cuyo rasgo más resaltante es el modelo de comunicación policéntrica que al posibilitar
múltiples interacciones entre los diversos actores en juego los lleva a ser productores
y consumidores de contenidos, al mismo tiempo (Tancredi, 2011).
En este estadio del
desarrollo del concepto dos recursos discursivos me parecen muy pertinentes
para esclarecer el panorama: 1. explorar el concepto de orden mayor del cual
deriva y, 2.fijar una postura crítica y contextualizada sobre el concepto que
ilumine el camino hacia su consolidación. El EPA se inscribe en el concepto
genérico de entorno de aprendizaje, entendido como un complejo tejido de factores que se interrelacionan
dinámicamente en función de generar aprendizajes: actores; contenidos y
actividades (comunicación, mediación, coordinación); herramientas de
comunicación; espacios de trabajo; infraestructura y equipamiento; ambiente
sociocultural, entendido como el contexto en el cual se insertan los actores y
del que se derivan normas y convenciones para
relacionarse y comunicarse
cotidianamente (Tancredi, 2009). En el
EPA, el elemento que ocupa el centro de la trama de factores en juego es la
persona que aprende, quien pasa de ser un mero objeto para convertirse en sujeto
autónomo de su propio aprendizaje, con un marcado apoyo de la tecnología y con la posibilidad de construir colaborativamente
ciertos conocimientos con otros actores presentes en la red. En la actualidad,
se trabaja para que las personas, por medio de variados métodos de “mapeo”, hagan
conscientes y expliciten el particular inventario de servicios y herramientas de
los que se valen para procurarse aprendizajes según sus necesidades e intereses.
Por tal razón, me atrevería a aseverar que
los EPA son de naturaleza idiosincrática.
Las consideraciones
anteriores remiten a las nociones de oferta y demanda. Al estar el EPA
centrado en las necesidades e intereses de la persona que aprende la
construcción de ese “andamiaje” tiende a privilegiar a la demanda. Se trasciende
así el tradicional abordaje por oferta materializado por instituciones con
currículos predefinidos y con un cuerpo de profesores, considerados los únicos portadores
del conocimiento, que le “diibujan” al que aprende su mapa de posibilidades.
Ello no obstante, no los eliminaría del juego pues, desde la perspectiva del EPA,
es la persona que aprende, considerada como eje motriz, quien les asignaría el
papel que aquellos tendrían en la trama de su propio proceso de aprendizaje. En
cuanto al segundo recurso discursivo para esclarecer el concepto, referido a
asumir una posición crítica y contextualizada sobre el mismo, la perspectiva
de abordaje conceptual del EPA que propongo no se reduce a la noción de
virtualidad, no olvidemos que la persona es un ser social situado en un
contexto sociocultural, y lo social no se reduce a las dinámicas de las
comunidades virtuales de intereses. De ser así podrían proliferar seres “cuasianónimos”,
desconectados del mundo real, muy cerca del que está lejos y muy distantes del
que está cerca.
En ese orden de ideas introduzco como idea para el debate
que el EPA se visualice como un conjunto de capas en las que se gestionan
aprendizajes. La capa más documentada en la literatura especializada es la de
la persona que se mueve en los entornos virtuales de la web 2.0; otra capa
sería la que se vale de las tecnologías clásicas, conocidas por el término “legacy technologies” que
continúan demostrando su pertinencia bajo determinadas situaciones contextuales,
pero hay
además, capas en el mundo analógico, la de la familia en la que padres, parejas,
hermanos, también cuentan en el entramado de los medios para aprender; la del
trabajo donde existen a disposición sistemas de soporte al desempeño, expertos
y otros recursos y por qué no la gran capa de la ciudadanía participativa y
protagónica que aprende en las
bibliotecas públicas, en los centros comunales de las barriadas, en los museos,
en los grupos políticos. Desde mi punto de vista, ello acerca al EPA a otra interesante noción como es la del
aprendizaje ubicuo.
Visto el EPA
en capas, como lo propongo, la noción se complejiza en relación con la manera como
comúnmente se le presenta en la literatura especializada. Ello nos lleva a
ampliar el espectro de competencias requeridas para configurar esa trama que es
el EPA. Se hacen necesarias entonces aquellas que se derivan de la
alfabetización informacional y la tecnológica, tales como buscar,
organizar, recuperar y compartir información, filtrar y valorar fuentes, manejar
los servicios de Internet y las lógicas de la web 2.0. Pero, por su condición
de ser social, la persona que configura su EPA también deberá desarrollar competencias
sociales para moverse en los entornos analógicos tales como: la escucha atenta,
la comprensión de posturas diferentes, el manejo de conflictos, la negociación, la solidaridad
y la cooperación, entre otras.
Tomando en cuenta que en el EPA la provisión de estructuras
de información y de conocimiento con fines de aprendizaje reside en la persona
que aprende, aquel deja de visualizarse como un segmento discreto confinado a
un espacio/tiempo para considerarse una variable continua, lo que acarrea el
rol de estudiante para toda la vida. En esta visión del EPA,
la educación a distancia y abierta tiene muchas posibilidades que ofrecerle pues,
aunque constituye una modalidad de
estudios institucionalizada, dos de sus rasgos distintivos: la deslocalización
del proceso de aprendizaje y la flexibilidad que ofrece para aprender en
cualquier momento y al propio ritmo, facilitan su integración como otra opción
en la configuración personal de su entorno.
Concluyo
mi visión del EPA expresando que uno de los retos en este campo en desarrollo
será el de integrar inteligentemente toda la riqueza de factores
que inciden en su configuración y no sólo los que lo vinculan a la web 2.0. Me
he referido a ello como la superación de la lógica “en lugar de” y practicar la de “además de”
(Tancredi, 2011), incluyente e integradora que
promueva la consolidación de una definición robusta del EPA, que lo aproxime de mejor
manera a la complejidad de lo
real y a las nuevas exigencias educativas que plantea la sociedad. La
mesa está servida.
REFERENCIAS
Tancredi Guerra, B. E. (2011).
Apuntes para resignificar la educación a distancia. RIED. Revista Iberoamericana
de Educación a Distancia, volumen 14, Nº 1. [en línea] Disponible en: http://www.utpl.edu.ec/ried/images/pdfs/volumen14-1/apuntespara.pdf
Tancredi
B. (2009). Nuevos ambientes de aprendizaje para el desarrollo profesional
docente. Pp. 159-169 En: Aprendizaje y desarrollo profesional docente.
Ed.: Consuelo Vélaz de Medrano y Denise Vailant
Organización de Estados Iberoamericanos y Fundación Santillana. [en línea] Disponible en: http://www.oei.es/metas2021/APRENDYDESARRPROFESIONAL.pdf
Organización de Estados Iberoamericanos y Fundación Santillana. [en línea] Disponible en: http://www.oei.es/metas2021/APRENDYDESARRPROFESIONAL.pdf
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